sonó el medio día en una voz grave y como una mariposa mi mente comenzó a divagar de nuevo: una melodía apenas audible se escapaba de mi cerebro a mis oídos y un arsenal de danzantes figuras recorrían cada recodo de mi mente, se atenuaron las luces, se tendieron guirlandas y candelabros de oro decoraron el lugar, hubo olor a rosas y comenzó la función, con música de violines bailaban doce parejas en una elegante pista de baile, hermosos vestidos de princesa, tocados reales, galantes ademanes de caballerosidad, parecía poder escuchare el aletear las alas de cupido, en una esquina esperaba una menuda mujercita vestida de celeste a que apareciera un caballero y le invitara a unirse a los que sincronizados hacían honores a la majestuosa tonada que inundaba el aire de suspiros, miraba hipnotizada a las parejas bailarinas, reía de imaginare dando vueltas al unisono de la música, acompañada de algún misterioso caballero, elegante y sagaz, de sonrisa torcida y coqueta, cabellos alborotados, tal vez pensaba demaciado específicamente, se veía junto a él, ¿un conde?¿un príncipe? ¿un rey? ... creo que no lo sabremos, pero estaba aquella peculiar mujercita de celeste como el cielo con sus risos cobrizos y su sonrisa hipnótica soñando, elevada en sus propias abstracciones y suspiros cuando una voz profunda la hizo regresar a tierra, volvió su mirada de la pista de baile y encontro sobre ella unos ojos verde intenso que parecian estasiados ante su asombro.
_me permitiría usted, bella dama la siguiente pieza- dijo un hombre alto de tez pálida y mirada profunda, de cabellos café oscuro y enmarañados, que la ver la confusión en la cara de quella mujercilla habia dibujado una media sonrisa que parecia saca de sus propios sueños.
¿seria posible encontrar la descripcion perfecta para lo que ella sintio en ese momento?... creo que no lo sabremos, solo me place decirles que la mujercita del vestido celeste emitio una sonrisa tamaño familiar, le sio su mano al hombre de sus sueños y .... de repente cai a la realdiad de nuevo con la sensación de deja vu, tras las risas de mis amigas por mi estado de trance, si pudieran ellas haber contemplado lo que que yo, estoy segura que en ves de reírse llorarían pues de la mujercita de vestido celeste no he sabido mas en todo el días, ni siquiera cuando de vuelta a casa en el bus la busque en el, ahora vacío, salón de baile.
No hay comentarios:
Publicar un comentario